La Ciudad de México crece, cada vez más, rumbo al cielo. Desde hace algunos años, la construcción de numerosos edificios y rascacielos han liderado la arquitectura de nuestras calles, con una visión que apunta hacía la moderna estética de lo sustentable. Hoy en día es posible analizar, por ejemplo, a la torre más grande de la Ciudad de México desde su conciencia ambiental. 

Como advierte el título de esta nota, el edificio sustentable más grande de Latinoamérica está en nuestra ciudad y es justamente el más alto hasta ahora. Torre Reforma es el nombre de esta novedosa obra ubicada –justo– en la avenida por la que lleva su nombre, Paseo de la Reforma. Es la primera en su tipo que adquirió la certificación internacional Leadership in Energy & Environmental Design (LEED), en la que se le acredita oficialmente como uno de los edificios más altos 100% sustentables. 

Para quien no está familiarizado con el término arquitectura sustentable, ésta es aquella que expone un diseño que busca optimizar recursos naturales y sistemas de la edificación, de tal modo que minimicen el impacto ambiental de los edificios sobre el medio ambiente y sus habitantes.

Los siguientes son algunos de los más importantes recursos que maneja la Torre:

  • 25% de ahorro energético.
  • 30% de ahorro en consumo de agua.
  • 100% tratamiento de aguas residuales; es decir cero descargas a la red.
  • 80% de materiales de construcción son regionales.
  • 20% de sus materiales son reciclados.
  • 90% de sus zonas ocupadas tienen vista al exterior.
  • Iluminación natural en alto porcentaje de sus zonas ocupadas.
  • Disminución en la emisión de CO² gracias a su estacionamiento robótico.

Este proyecto fue liderado por LBR Arquitectos y recientemente ha encontrado su primer inquilino ( la biofarmacéutica Basalto) poniendo en marcha su operación con un 60% de sus instalaciones rentadas. Con 246 metros y 57 pisos, la Torre Reforma ha superado en altura al inmenso edificio de BBVA Bancomer y a la Torre Mayor, esta última considerada durante una década como la más alta de Latinoamérica. De igual forma, la Torre Reforma fue acreedora del Premio Diamante ACEC 2016, en la categoría de sistemas estructurales, por su ingeniería altamente vanguardista.

Las tendencias en los rascacielos ya no se definen solo en Estados Unidos o Europa. Hoy México entra en el mapa de la innovación arquitectónica de edificios de gran tamaño, luego de que la Torre Reforma resultara electa por unanimidad como por el jurado del International High Rise Award, que eligió al edificio diseñado por el arquitecto mexicano Benjamín Romano, de entre más de 1,000 edificaciones altas construidas entre 2016 y 2017.

El premio a Torre Reforma se sustenta en la innovación por su estética especial, diseño que marca tendencia, tecnología innovadora y rentabilidad. Del millar de construcciones detectadas en el mundo, el jurado internacional de arquitectos, ingenieros y profesionales de bienes raíces, designó primero a 36 nominados y luego solo a cinco finalistas para determinar al rascacielos ganador.

El proyecto del arquitecto Benjamín Romano venció a edificaciones diseñadas por arquitectos renombrados como el italiano Renzo Piano, el inglés Norman Foster (Pritzker 1999, el premio considerado ‘Nobel de la arquitectura’), el francés Jean Nouvell (Pritzker 2008), el argentino César Pelli o la oficina ZHA fundada por la extinta arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid (Pritzker 2004).

Desde 2003, cada dos años el premio internacional High-Rise Award reconoce a arquitectos y desarrolladores cuyos edificios miden al menos 100 metros de altura y es otorgado conjuntamente por la ciudad de Frankfurt am Main, DAM y DekaBank.