La problemática que ultimamente está aquejando a las playas de Qintana Roo, ha sido la fuerte plaga de sargazo. Éste problema no sólo afecta a los habitantes quienes se han dedicado a limpiar exhautivamente las playas día con día, también afecta al sector turístico y las especies marinas que habitan en las costas. Diversos medios han comentado que la causa del sargazo es aún desconocida sin embargo, algunas teorías lo relacionan al cambio climático y a los cambios del Océano Atlántico.
Actualmente se han retirado cerca de 60 toneladas se sargazo de las costas y los locales se preguntan cómo invertir este fenómeno natural para utilizarlo a su favor por lo que se ha dado a conocer que el sargazo puede funcionar como materia prima para biodigestores, cosméticos, plásticos, fertilizantes y farmacéuticos. Sin embargo, recientemente se ha anunciado un nuevo uso que podría beneficiar a la población de la mano de locales y especialistas.
Omar Vázquez Sánchez, un empresario fundador de Blue-Green de Puerto Morelos ha dado a conocer una casa construida en tan solo 15 días a base de sargazo y explicó que dicha idea surgió hace seis años cuando notó la presencia cíclica de esta materia en las costas. Esta casa mezcla adobe y sargazo para realizar una nueva mezcla capaz de resistir fuertes sismos así como vientos de huracán y fue sometida a pruebas de resistencia por parte de la UNAM. Cuenta con dos recámaras, sala, comedor, cocina y baño y se construye con 50 por ciento menos recursos de lo que cuesta una casa de interés social, sin mencionar las cualidades térmicas que la caracterizan.
Esta forma de tomar acción sobre los fenómenos naturales para convertirlos en algo benéfico para la población ha provocado que varias empresas y constructoras se interesen para llevarlo a escalas mucho más grandes, aplicándose a futuros desarrollos habitacionales sustentables. Sin duda, es esta una gran oportunidad para seguir estudiando los fenómenos naturales y pensar en una arquitectura que atienda las necesidades específicas de los sitios en donde se erija sin dañar el medio ambiente. El proyecto de Omar Vázquez Sánchez es una prueba más que expone el ingenio mexicano frente a la tempestad.