Fernando Ortiz Monasterio se planteó hacer florecer las columnas de Periférico en la Ciudad de México y, ahora, es buscado por otros países para replicar el modelo desarrollado en México.

Hace casi 18 meses, Fernando Ortiz Monasterio fue tachado de loco por querer hacer crecer plantas sobre las columnas que sostienen el segundo piso de Periférico, en Ciudad de México. Sin embargo, el proyecto del arquitecto mexicano ha florecido con un modelo de financiamiento y tecnología que marca un precedente internacional.

 

“Hicimos un proyecto que no tiene ningún precedente en ningún lugar del mundo, ya que no se había hecho una transformación urbana con jardines verticales de este tamaño. El récord Guinness en el jardín vertical más grande del mundo era de 3,000 metros cuadrados y nuestro proyecto es de 60,000 metros cuadrados, es decir, 20 veces más grande”. Asegura Fernando Ortiz Monasterio, director de Verde Vertical y creador del proyecto Vía Verde.

 

Hasta el momento, la obra de Fernando Ortiz no ha recibido ni un solo peso de financiamiento público, sino que todos los recursos económicos se han generado por la venta de publicidad en el espacio vial.

Una columna de publicidad sobre la importante avenida genera el dinero suficiente para volver verdes nueve columnas de Periférico a través de un Permiso Administrativo Temporal Revocable (PATR). Empresas como Coca Cola, Profuturo, Bimbo, Delta y Casa Cuervo son las empresas que patrocinan el proyecto ambiental.

El proyecto de Periférico ha generado una aceptación de 93%, lo que entusiasma al arquitecto por la posibilidad de llegar a nuevos espacios.

Hasta el momento, Verde Vertical ha desarrollado más de 500 proyectos en la capital del país, que representan 15,000 metros cuadrados de áreas verdes en espacios poco imaginados para que la naturaleza verde se manifieste con plantas.

Fernando es un arquitecto mexicano egresado de la Universidad Iberoamericana. A sus 36 años de edad quiere hacer de la ciudad un jardín gigante.

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Un proyecto productivo

 

El proyecto no solo se ha planteado mejorar los espacios urbanos, sino también la vida de las personas, la tela que se utiliza sobre las columnas de Periférico se encuentra elaborada con botellas de PET recicladas, lo que involucra la transformación de 3 millones de envases, que son recolectadas en los basureros mexicanos.

Las botellas dan paso a hilo plástico, el cual es tratado en los Centros de Readaptación Social de la capital del país, como es el caso de Santa Martha Acatitla, en donde un total de 50 personas se encargan de generar la tela en donde la hidroponía permite hacer crecer plantas en los espacios urbanos.

“Les brindamos a los internos la posibilidad de tener un trabajo remunerado para que ellos nos ayuden a generar esas telas”, dice Fernando.

Ortiz Monasterio cree que los próximos proyectos que vengan después de Periférico pueden orientarse a cambiar la cara a otros espacios urbanos, en donde los ciudadanos pueden ser los propios benefactores de los nuevos espacios verdes.

Hace poco, el joven arquitecto descubrió que sobre Periférico habían crecido nuevas especies que la empresa nunca plantó. Una planta de jitomate alimenta ardillas en los espacios verdes, por ejemplo, hecho que le ha mostrado que los jardines verticales son de las personas y pueden tener otros fines no explorados.

Fernando se siente entusiasmado por los resultados del proyecto y lo que está por venir.

Otros países del mundo se han puesto en contacto con nosotros para replicar este modelo en sus ciudades. Nos han buscado de Japón, Argentina, Inglaterra, Alemania, Panamá, Colombia y Estados Unidos. Para nosotros es un orgullo que un proyecto mexicano se esté convirtiendo en un referente internacional”.