¿Sabías que México tiene el primer lugar en América en número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco? Esto se debe debido a la relevancia cultural de muchas de las obras arquitectónicas de nuestro país, ya que aquí, se conservan partes enteras de ciudades prehispánicas, ejemplos intactos de estructuras coloniales y cómo olvidar las edificaciones modernistas que surgieron dentro del funcionalismo y dieron vida a la nueva arquitectura mexicana del siglo XX.
A continuación te presentamos cinco edificios históricos en la Ciudad de Méxicoposteriores al periodo colonial, de la mano de una guía básica sobre las tendencias arquitectónicas de la época.
Catedral Metropolitana de la Ciudad de México (1524-1813)
Esta podría ser considerada el ejemplo máximo de la arquitectura colonial en todo el continente, está ubicada en el Centro Histórico y su construcción tardó tres siglos en finalizarse por completo. Su estructura narra a través de sus muros las múltiples etapas del México Virreinal pues éstos presumen diferentes estilos arquitectónicos entre los que se reconocen fácilmente elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos que convergen de manera armoniosa. La primera piedra de la catedral fue colocada por Hernán Cortés en 1524 y la fachada fue finalizada en 1813 bajo la dirección del arquitecto Manuel Tolsá.
Palacio Postal (1902-1907)
También conocido como el Palacio de Correos de México o la Quinta Casa de Correos, es una de las edificaciones de arquitectura ecléctica más emblemáticas del Centro Histórico, una de las huellas más claras del Porfiriato. Su construcción inició el 14 de septiembre de 1902 a cargo del italiano Adamo Boari (quien también trabajó en el Palacio de Bellas Artes) y tardó cinco años en finalizarse. El edificio es de arquitectura ecléctica y ostenta una combinación de elementos pertenecientes a los estilos del plateresco isabelino fusionado con el gótico veneciano. Su última restauración se llevó a cabo en la década de los 90.
Palacio de Bellas Artes (1904-1934)
Originalmente pensado para ser el nuevo Teatro Nacional, uno de los últimos mandatos del presidente Porfirio Díaz en conmemoración al Centenario del Inicio de la Independencia de México, su construcción comenzó el 2 de agosto de1904. Dos épocas importantes de la historia de nuestro país definieron su edificación: el Porfiriato y la Revolución Mexicana. En un principio, el proyecto estuvo a cargo de Adamo Boari, quien fusionó elementos del Art Nouveau y el Art Decó para su construcción. Tras el estallido de la revolución en 1910 y la decadencia económica del país, Boari regresa a Europa en 1916 y la obra queda inconclusa (sólo restaba el recubrimiento de la cúpula). En 1930, el presidente Pascual Ortiz Rubio encomienda al arquitecto Federico E. Mariscal su conclusión, dos años más tarde se cambia el nombre a Palacio de Bellas Artes y el 10 de marzo de 1934 por fin es finalizado.
Este icónico rascacielos construido para albergar a la compañía La Latinoamericana Seguras S.A. estuvo a cargo de los arquitectos Augusto H. Álvarez y Alfonso González Paullada; la construcción se inició en febrero de 1948. La Torre Latinoamericana fue inaugurada como el primer y más grande edificio en el mundo con fachada de vidrio y aluminio, además de ser el primer rascacielos construido en una zona de alto riesgo sísmico. La estructura fue finalizada a principios de 1956 y obtuvo el prestigio máximo tras resistir el potente terremoto de 1957 gracias a su estructura de acero.
Museo Universitario Arte Contemporáneo (2006-2008)
Coloquialmente conocido como MUAC, se trata del primer museo público creado ex profeso destinado para el arte contemporáneo en México. El proyecto corrió a cargo del arquitecto Teodoro González de Léon y tardó solo dos años en concluirse. La arquitectura del edificio es casi futurista, sello característico del arquitecto mexicano y ostenta un interesante diseño de iluminación pues todas las salas cuentan con iluminación natural filtrada con doble reflejo que produce luz envolvente y permite apreciar fácilmente las obras que alberga en su interior.
Fuente: Architectural Digest México